Es un tema de gran controversia en cirugía ortopédica el
establecer el tratamiento adecuado para una fractura de húmero proximal. Es necesario evaluar tanto al paciente (necesidades, comorbilidad, etc.) como las características y el patrón fractuario
(número de fragmentos, riesgo de necrosis avascular, densidad mineral ósea, desplazamiento, etc.)
el 80% de las fracturas de húmero proximal son no
desplazadas o mínimamente desplazadas, por lo tanto se podrán tratar de manera conservadora. En los pacientes que optemos por un tratamiento conservador o por una artroplastia invertida (habrá
que valorar con el paciente sus necesidades funcionales, secuelas, limitación del rango de movilidad, etc.)
INDICACIONES Y TIPO DE TRATAMIENTO
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Fracturas no desplazadas, tanto en abducción como en aducción de la epífisis proximal del húmero: inmovilización con sling durante 3-4
semanas y programa de rehabilitación posterior precoz .
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Fracturas muy desplazadas de la epífisis proximal del húmero y fracturas-luxación: reducción inicialmente cerrada o abierta si no se
consigue y fijación interna (osteosíntesis con placas, dispositivos endomedulares)
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La exéresis de la cabeza humeral y sustitución de la misma por una prótesis está indicada en caso de gran conminución tuberositaria o
avascularidad de la cabeza humeral. Se intenta evitar este tratamiento en gente joven. ( PROTESIS ANATOMICAS O INVERTIDAS)
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Fracturas desplazadas del troquiter y/o troquín: sólo si la fractura es desplazada (más de 5 mm) correrá peligro la funcionalidad del
manguito de los rotadores por lo cual estaría indicada la reducción abierta y su síntesis por medio de tornillos y/o suturas a tensión.
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En los niños, la epifisiolisis grado II de Salter se tratan con reducción cerrada bajo anestesia y fijación de agujas de Kischner
percutáneas + vendaje de sling 3 semanas.